La Terapia Sistémica es una rama de la psicología que considera al individuo dentro de un sistema (familiar, escolar, laboral, social…) y que de ahí depende nuestra forma de ser en gran medida. Según cómo, cuándo y con quién interactuamos aprendemos y aprehendemos unas pautas u otras de comportamiento, pero también de pensamiento o de sentimiento.

 

Dentro de la terapia sistémica se intenta modificar el tipo de patrón de interacción dañina que se esté dando. Se van introduciendo pequeños cambios que progresivamente modifiquen dichas pautas conflictivas.

 

Manejamos diversos tratamientos. 

Por ejemplo los cognitivos y conductuales que a lo largo del tiempo vienen demostrando gran eficacia, en ocasiones, mayor que los tratamientos psicofarmacológicos solamente.  Se suelen prescribir de forma combinada, de ahí que se utilice el nombre cognitivo conductual. Gracias a las técnicas cognitivas accedemos a las ideas o creencias irracionales del pensamiento para transformarlas. Ponemos  en dudas principios o valores que por estar muy arraigados no se perciben como nocivos y perjudiciales.

 

Algunas de las estrategias utilizadas son la reestructuración cognitiva, la activación conductual, el autocontrol, la relajación o la resolución de problemas.

 

Existen una serie de fundamentos sobre los cuales se basan los modelos sistémicos. La Teoría General de Sistemas de Bertalanffy que nos habla de totalidad, circularidad, equifinalidad; la Teoría de la Comunicación (Watzlawick, Beavin y Jackson); la cibernética y las teorías de la información de Shanon y Weaver donde la definición de mente no se concibe como un fenómeno cerebral sino que dependerá de lo que queramos explicar.